EL MUNDO
A ti que me torturas
Cada día
Con tus crueles herramientas,
Estoy a punto de confesarte
Una desesperación
Más oscura que todas tus noches
Más oscuras.
Fue el día que me trajiste
La foto de una mujer
Y un niño huyendo
Por un camino con una hilera de árboles,
Después vi otra foto de ellos dos
En el suelo
Con sus cabezas ensangrentadas
En el mismo camino sinuoso.
Había un cielo sin nubes
De final de verano
Y los árboles se estremecían
Con la primera lluvia
Fueron los días en que pusimos
Toda nuestra confianza en el mundo
Sólo para ser engañados.
(Mil novecientos treinta y ocho. Valparaíso)