lunes, 1 de junio de 2015

Mil novecientos treinta y ocho. CHARLES SIMIC


Todo es predecible. Todo ha sido previsto. Lo que estaba destinado no se puede evitar. Incluso esta patata cocida. Este tenedor. Este pedazo de pan negro. Incluso este pensamiento...
Mi abuela, que barre la acera, lo sabe. Dice que no hay dios, sólo un ojo aquí y allá que ve la claridad. Los vecinos están demasiado ocupados viendo la televisión como para quemarla por bruja.
(Charles Simic)