Una
Aparición
La
sonrisa de las heladeras me aniquila
¡Corrientes
tan azules en las venas de mi amada!
Escucho
el ronronear de su enorme corazón.
De
su boca salen como besos
los
símbolos de conjunción y porcentaje
En
su cabeza es lunes: la moral
se
lava, se plancha y se entrega.
¿Y
yo quién soy para entender estas contradicciones?
yo
uso puños blancos y me inclino.
¿Entonces
es ésto el amor, esta materia roja
saliendo
de la aguja de acero que vuela así de ciega?
Va
a hacer tapados y vestiditos
para
abrigar a una dinastía.
Cómo
se abre y se cierra su cuerpo.
¡Un
reloj suizo, con rubíes en las bisagras!
¡Oh,
corazón, tanto desorden!
las
estrellas se encienden como cifras terribles,
los
párpados de ella recitan el abecedario.
(Sylvia
Plath)